lunes, 2 de diciembre de 2019

Pan con aceite

Yo una vez tuve un pueblo
que no era mío
y en el pueblo una calle
con el nombre oxidado
de un viejo general.
A cuatro casas de la mía
un patio abandonado
y el viejo caserón,
herencia de posguerra y contrabando,
donde los niños de pan con aceite
rompían el silencio
y alumbraban con su imaginación
los huecos sin luz.

Rosario Martín