Me duelen las ausencias
y me duele esa manía que tiene la vida
de acercar lo bueno fuera de tiempo.
Un día vendrás(tal vez un domingo)
y escribirás un poema en las curvas del viento
aunque ya para entonces,
la voz arrugada se esconderá en la boca
y la mano vencida se pondrá a temblar.
Por eso hay que gritarlo, iba a decir
en el presente perfecto y vino la duda
con el verbo y sus tiempos.
Qué manera más tonta de marear la perdiz
con lo fácil que sería decirte-aquí y ahora-
te quiero y punto.
Rosario Martín