miércoles, 7 de octubre de 2015

Para nunca volver



Algo perdí;quizá el amanecer
el vuelo del ave, tal vez la risa.
Dejé de lado la humildad y el ruego
aunque hace mucho que no se ven dioses
ni altares por el valle,ni tarotistas de amor.
Se atragantó aquel libro que me regalaste,
no es más que otro bestseller convertido en religión
y pasará de moda envuelto en plástico.
La vida, amigo mío,son cuatro días de luces
que a veces aclaran y otras deslumbran
y todo lo demás es pura adaptación.
No hallé mejor terapia que la voz
derribando muros de esperas infinitas
y sobrevivo...
A mis años es difícil cambiar
y me iré con lo puesto, maldiciendo mi estrella,
para nunca volver.

Foto y poema de Rosario Martín